¿Qué pasaría si cumpliera 100 años y, en su cumpleaños, descubriera que había sido la persona más famosa del mundo toda su vida sin saberlo?

Me quedaría completamente atónito y un poco asustado. Me retiraría a mi casa, bajaría las persianas, cerraría todas mis puertas y pensaría por mucho tiempo. Entonces, me angustiaría mucho y me preguntaría cómo me pudo haber pasado algo tan horrible. No tengo nada en contra de que otros sean famosos; Sin embargo, creo que la fama sería una pesada carga para llevar.

La fama es verdaderamente restrictiva. La gente mira a los famosos para aplaudirlos, criticarlos, imitarlos y apoyarlos. Los medios de comunicación pueden ser implacables para rastrear a los famosos, desenterrar la “suciedad” y decirle al mundo sobre ello. Algunos periódicos, también llamados hojas de escándalo, se fundan solo para encontrar y publicar chismes. Hace años, hubo un incidente sobre Jackie Onassis en uno de estos traficantes de chismes. Mientras estaba sola y desnuda en una playa de Grecia, se tomaron fotografías de ella desde un avión que circulaba por todo el mundo.

Muchas personas famosas se cansan tanto de la atención que reciben, que evitan activamente a las personas. Después de que Albert Einstein murió en 1955, se publicaron muchas historias sobre él. Se contó la época en que llegó al puerto de Nueva York. Multitudes de personas esperaban en la orilla para saludarlo. Encontró una salida del barco lejos de sus fanáticos, se deslizó del barco, caminó rápidamente hacia un vendedor de helados cercano, compró un cono de helado y lo lamió contento mientras caminaba para encontrar un taxi.

Sé que tendría que aceptar mi fama; sin embargo, haría algo que me ayudara a tolerarlo. Primero, si me llegara mucho dinero con mi fama, encontraría con cuidado una organización con experiencia confiable para distribuirla en todo el mundo. A continuación, encontraría otra organización de confianza para vigilar las actividades de la primera organización. Luego compraría un poco de tierra en una parte remota de uno de los Grandes Lagos, probablemente el Lago Michigan, y construía una casa pequeña y cómoda cerca de una de sus orillas. Pasaría el poco tiempo que me queda en esta Tierra preguntándole a Dios por qué me había jugado una broma.

¡Aleluya y gracias dios!

¿Te imaginas si lo supiera? ¿Las preocupaciones por lucir bien o preocuparse por cada uno de mis movimientos?

Sería genial vivir sin saber.

Incluso difícil en este escenario la gente me habría encontrado porque trataría de ocultarme.