Se necesita:
- Una oportunidad. En mi caso, llegó a través de mi profesión elegida, que resulta ser internacionalmente portátil y de gran demanda. Sin él no hubiera obtenido la visa y la autorización de trabajo adecuadas.
- Hablando el idioma del país y abrazándolo. Hoy en día soy casi tan fluido en mi lenguaje adoptivo como en mi idioma original.
- Abrazar la cultura del país anfitrión y nunca ser arrastrado a los guetos de su cultura original. Estar abierto a las diferencias y comprender que eres tú quien tiene que conformarse, no a la inversa.
- Aceptar que el tiempo sigue avanzando: la familia continuará viviendo sus vidas, envejeciendo, muriendo en el viejo país; y estarás lejos de todo eso. A veces duele, pero es parte del trato.
- Aceptar que sus hijos y nietos tendrán muy poco de la cultura del viejo país. Solo tienes que hacer las paces con ello.
- Entendiendo que serás un mutt. Te convertirás en esta mezcla, a veces conflictiva, de las dos culturas: aspectos faltantes de una cuando estás inmerso en la otra, y viceversa. Algunos describen esto como no ser realmente de ningún lado … Lo describo como de ambos.
¡Todo esto vale completamente la pena!