¿Cómo es un mundo completamente seguro? ¿Nos gustará este mundo?

En este hipotético mundo “completamente seguro”, nunca sabríamos de niños que el hecho de agarrar una sartén caliente en la estufa puede hacernos daño, o que existen personas de espíritu mezquino en el mundo que no se preocupan por lo que nos sucede.

Nunca sabríamos que la “naturaleza” está llena de criaturas peligrosas, algunas de las cuales pueden matarnos porque podemos asustarlos, y muchas de las cuales nos consideran una comida fácil. Ahora que lo pienso, mucha gente no lo sabe ahora, a pesar de que han experimentado situaciones peligrosas.

En un mundo perfectamente “seguro” lleno de “lugares seguros”, ninguno de nosotros aprendería de nuestros errores, porque no habría consecuencias. Nunca tendríamos que decirles a nuestros hijos cómo llegar a ser adultos y, por lo tanto, vivir en un mundo real.

Y, finalmente, si un puñado de personas aprendiera de sus errores y se convirtiera así en científicos, ingenieros o médicos, ¿se nos permitiría contarnos todas las cosas “inseguras” que nos rodean en la tierra y en el universo?

¿O se le permitiría a la gente artística producir obras de teatro, películas y novelas que examinaron las consecuencias de algún desastre potencial, como un asteroide que se acerca a nuestro pequeño planeta, o acerca del mal, la crueldad o incluso la historia?

Algo así te recuerda a las personas que habitaron el Distrito del Capitolio en los “Juegos del Hambre”, ¿no es así?

Muchas vidas vacías y frívolas, pero perfectamente “seguras”.

Jack Williamson escribió un par de historias de ciencia ficción sobre “Los Humanoides”, una raza de androides (en realidad una inteligencia artificial única que controla a millones de cuerpos de aviones no tripulados) programada para “proteger a los hombres de cualquier daño”. Desafortunadamente, esto se toma como un absoluto, y los Humanoids terminan prohibiendo que las personas hagan algo que se considere inaceptablemente arriesgado. En otras palabras, una distopía de pesadilla infligida con las mejores intenciones.

La mayoría de los mundos son perfectamente seguros. No hay accidentes, ni violencia, ni muerte, ni dolor, ni siquiera la más mínima incomodidad.

La completa falta de vida lo soluciona todo.