Fue el sentimiento más increíble que jamás había sentido en mi vida. He mencionado esta pelea antes, así que no te aburriré con los detalles. Pero los efectos secundarios fueron los que más me impactaron. Había luchado tanto que pensé que había roto algo dentro de mí. Que había llegado muy por encima de lo que yo o cualquier otra persona podía. Estaba sentado en mi apartamento y me temblaban las manos, y casi no podía sostener mi bebida de Black Jack. Tuve que dejarlo e intenté mantener mi cigarrillo firme. Me di por vencido y entré, me di una ducha y eso me ayudó y pude sostener mi bebida. Eché un buen vistazo a mi mano derecha y vi lo hinchada e hinchada que estaba. Dolía como el infierno abrir y cerrar. Mi mano izquierda era casi tan mala. Mi ritmo cardíaco finalmente volvió a la normalidad, y mis ojos no parecían tan salvajes. Sí, luché demasiado y aprendí algo sobre mí esa noche. No solo era una madre loca, sino que también aprendí que intentar deshacerte de demonios del pasado solo te rompe la mano. La mujer que estaba viendo en ese momento solo chasqueó la lengua y negó con la cabeza. Intenté una y otra vez explicar el por qué de mis acciones. Pero oye, los chicos malos nunca regresaron, y lo señalé cada noche después de cerrar.
Ella era lo más cerca que había estado de estar realmente enamorada.