La vida se pone muy dura y mordaz a veces. Es caprichoso y no te pregunta antes de caer en problemas. Y lograrlo en varias ocasiones parece ser una tarea ardua que nuestra mente sugiere que es totalmente imposible de deshacer. Muchos lo maldicen sobre su destino. Algunos culpan a las circunstancias y se dan por vencidos.
Muchos otros se atascaron por la miseria tan ampliamente que simplemente dejan de ver cualquier luz en su futuro en esos momentos. Cada uno de nosotros debe haber pasado por tiempos similares en nuestras vidas y puede que haya terminado llorando: “¡Por qué yo!”
Sé que he llorado esas palabras de mi boca en el pasado y no estoy orgulloso de ello. Pero, cuando pienso en la respuesta de mi padre a tales situaciones, siempre termino sonriendo. Cada vez que la vida intentaba jugar duro con él, el suyo siempre respondía de manera alegre: “¡Por qué no yo!”
Y, esa inyección de la palabra “no” es lo que he dejado como un legado de mi padre. Aunque hoy, no tengo que levantarme cuando me caiga. Pero, lo que sí tengo son esas tres palabras. Y, nada me hace sentir su presencia tanto como esas palabras en mi cabeza.
- ¿Qué es ‘Melony’ y ‘Lot Seven’ en la memoria de Melisandre?
- ¿Hay alguna forma definitiva de borrar la memoria a largo plazo?
- ¿Es cierto que internet nunca se olvida y por qué o por qué no?
- ¿Qué todas las cosas debo recordar sobre un trabajo de pintura?
- ¿Hay algún método para recordar lo que experimenté cuando era niño?
¡Felicidad!
Un hijo agradecido.