Si la vida te diera una segunda oportunidad, ¿qué harías?

Desafortunadamente, la vida no viene con segundas oportunidades, por lo que el mejor de los casos es vivir la vida con sabiduría para tomar decisiones y tomar decisiones en el camino.

Sin embargo, ser humanos a veces fallamos al hacer esto, y no soy una excepción. Tomé decisiones de la vida que desearía haber sido lo suficientemente sabias como para evitarlas. Sin embargo, si hubiera una segunda oportunidad, lo que he aprendido en mi vida es que escucharía y viviría en obediencia a Dios y SU palabra, y no sería tan arrogante como para creer que podría tomar buenas decisiones de vida sin él. Segundo, escucharía mejor a aquellos que vivieron más tiempo que yo con sabiduría, teniendo muchas experiencias en sus propias vidas aprendiendo algunas lecciones difíciles que podrían ser beneficiosas en mis decisiones. Comprender y confiar en que nadie, excepto Dios, me ama más y tiene el mejor plan para mi vida si andaré con fe y confiaré plenamente en ÉL, buscando siempre su sabiduría y sin depender de mí mismo ni de los demás.

Sin embargo, incluso cuando cometemos errores, si aprendemos de esos errores y corrigimos nuestro curso en la vida, pueden crecer para convertirnos en una persona de gran valor, ya que compartimos nuestras vidas con los demás, quizás brindándoles apoyo, ayudándoles a evitar algunos. De los errores que cometimos.

Dios, me ha enseñado a usar todas las experiencias de mi vida y le permite sacar provecho de ellas, primero en crecer para tomar mejores decisiones de la vida en el futuro y usarme a veces para ayudar a otros a caminar por esta vida.

Aprendí a no arrepentirme del pasado, pero aprendí de él y avancé mejor, perdonándonos a nosotros mismos ya los demás y no transportemos equipaje dañino hacia el futuro. La vida es un viaje de alegría y tristeza, ninguno de nosotros puede evitar el arrepentimiento por las decisiones tomadas, sin embargo, podemos aprender de ellas si nos humillamos y permitimos que Dios nos enseñe.

Si aprendemos las lecciones y crecemos, no tenemos necesidad ni deseo de tener una segunda oportunidad, simplemente avanzamos con una sabiduría adquirida y confiamos en esta sabiduría para que tomemos mejores decisiones en el futuro.

Dios nos da una nueva oportunidad cada día que vivimos para cambiar ayer, ya sea lleno de alegría o tristeza, ya que ninguno de nosotros puede regresar. Sin embargo, todos tenemos la oportunidad de avanzar más sabiamente y vivir la vida que Él quiere darnos mientras buscamos consejos sabios de él y de otros, para que podamos vivir plenamente una vida de propósito y valor. Si hacemos esto no habrá deseo de segundas oportunidades.

¡Comete más errores, pero temprano! Jaja

La vida me da una segunda oportunidad …

Preferiría terminar el primero correctamente sin arrepentimientos 🙂

Sin confundir el tema, diría que intentaré desarrollar un ascetismo.