INTP es el color gris.
Para los INTP, toda la existencia es un área gris, nada es blanco y negro.
También preferimos los colores secundarios a los colores primarios, y los colores terciarios a los colores secundarios.
En otras palabras, nos atraen los colores intermedios de la vida: los tonos liminales y complicados que se resisten a la descripción, ya que no están aquí ni allá.
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La verdad existe en los espacios entre los conceptos, más allá de nuestra capacidad de percibir o inferir.
INTP vive para esos espacios ambiguos, contradictorios, transicionales.
Si la elección es entre turquesa o azul, el INTP se aplica al cian. Donde otros ven rojo o violeta, el INTP ve magenta.
Sin embargo, en el mundo en el que vivimos, la verdad suele estar pintada de negro por un lado y de blanco por el otro.
Por lo tanto, dado que los INTP ven TODOS los lados, nuestras vidas inevitablemente adquieren un tono persistente y grisáceo.
La mayoría de las personas ven el gris como aburrido o melancólico, pero para los INTP, el gris representa las complejidades matizadas de la vida, la interacción sutil, casi indistinguible de verdad y realidad.