Cada uno de los misterios de la vida tiene una verdad específica y tangible. Es solo una cuestión de conciencia que se eleva lo suficiente como para que se vuelva evidente. En realidad no hay ningún “misterio”.
No es necesario “inventar” respuestas. En algún momento, nadie está realmente satisfecho por eso o por no saberlo. En cambio, uno puede relajar la necesidad de una certeza absoluta, de una precisión absoluta del 100%, y aceptar su modelo actual de creencias es suficiente por el momento, sea lo que sea. Acepte que esas creencias son siempre un cierto grado de aproximación de la verdad. Y así, acepte que siempre puede cambiarlos, agregarlos, evolucionarlos. No hay verdades absolutas fijas (no existe tal cosa), solo un auto modelo flexible y adaptable de la verdad.
La clave es el discernimiento. Discernimiento interno . Cada vez que te encuentras con una nueva creencia, o una actualización de una creencia que tienes, es hora de revisarla, analizarla y ver cómo te sientes al respecto. Eso es clave Y a partir de ese sentimiento, ajusta su conjunto actual de creencias en consecuencia.