Se pueden decir muchas cosas al respecto.
He experimentado la muerte de cerca. He perdido algunas personas muy cercanas a la muerte a una edad muy temprana. Te deja devastado, pero la vida continúa. El viaje hacia la tumba comienza tan pronto como uno nace, no hay nada que temer.
Algunas personas planean vivir la vida de tal manera que sean recordados después de su fallecimiento, esa es una forma de vida. Algunas otras personas nunca piensan en la parte de la vida que sucede después de que se van.
Hablando por mí mismo, sé que la muerte es inevitable. Lo he aceptado y, en consecuencia, en algunos casos tengo un enfoque muy práctico de la vida.
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La posibilidad de la vida después de la muerte a menudo me ha fascinado. También creo que el alma nunca muere, ya que he sentido las bendiciones y los deseos de Dios de las personas que perdí a la muerte, estar allí conmigo.
Creo que la muerte es un comienzo, la puerta de entrada a algo de lo que realmente no somos conscientes.