Ser feliz está detrás de cada meta humana, objetivo, misión y deseo de lograr ese “algo” que nunca se ha definido de manera concisa, pero que todos parecen aspirar. El logro de la felicidad, la búsqueda de la felicidad, la búsqueda de la felicidad. Algunos dicen que la felicidad es simplemente la ausencia de sufrimiento. Otros afirman que no puede medirse por sí solo, sino que debe ajustarse a otros valores más medibles, como el dinero, el éxito laboral y los niveles de estrés. Pero cuando tratamos de medir la felicidad con esos valores estáticos o tangibles, descubrimos que no coinciden. No solo más dinero no garantiza la felicidad, sino que a veces trae todo lo contrario: para algunas personas tener menos dinero significa menos de qué preocuparse. Menos de qué preocuparse, menos sufrimiento. Ergo, gente más feliz. Los niveles bajos de estrés tampoco equivalen a felicidad. Algunas personas con un trabajo completamente acelerado sin un segundo para descansar o relajarse son más felices que las personas con turnos de escritorio de oficina perfectamente seguros y libres de estrés.
La felicidad está dentro de nosotros; De hecho, somos nosotros. La meta ha sido conquistada, porque la meta y el buscador son uno.