¿Alguna vez has sentido nostalgia por algo que aún no has perdido?

Siento eso por mis padres.

A veces, cuando estoy durmiendo, me imagino cómo sería sin mis padres cerca. Y me siento como un niño que aprendió a caminar ayer.
Mi padre una vez me dijo: “Las cosas que te estoy diciendo ahora parecerían estúpidas, pero desearías que estuviera allí para contarte todas estas estupideces una vez que no esté allí”.

Me siento abrumado por la sola idea de perder a mis padres, todos esos recuerdos vuelven a mí. Todavía recuerdo esas noches en las que tenía pesadillas, y en realidad me asustaba mientras dormía, y comenzaba a gritar, y mi papá me despertaba y me llevaba a caminar para darme cuenta de que era solo un sueño. Recuerdo aquellas noches en que no teníamos electricidad en los veranos y mi padre se quedaba despierto, avivándonos para que pudiéramos dormir tranquilos. Recuerdo esas mañanas tempranas cuando mi mamá solía despertarse y prepararme algo para comer porque tenía que estudiar para mis exámenes. Recuerdo la variedad de mis alimentos favoritos que mi madre crea cuando visito mi casa después de permanecer en el albergue durante meses.

Oh, me estoy poniendo nostálgico y tal vez un poco sofocado en este momento.
Si hubiera una forma en que nunca podría perder a mis padres, sería la persona más feliz del mundo. Me siento tan pequeña, imaginando mi vida sin ellos.

Último semestre en la universidad.

Sabes que tienes cuatro meses en la universidad, pero es difícil aceptar el hecho de que la parte más temeraria e irresponsable de ti tiene que quedar para siempre. Además, no puede evitar pensar que esta podría ser la última vez que está comiendo en su restaurante favorito, disfrutando del atardecer en su autoproclamado ‘Mi lugar’, fotografiando mentalmente la vista desde la habitación de su albergue y visitando esa escapada de fin de semana favorita de el tuyo por “una última vez”.

No importa si tuvo el mejor momento de su vida o la peor fase de su vida, ese deseo de estar en la universidad, en el campus, en el comedor de la universidad o en esa clase interactiva siempre estará allí.

¡Estoy bastante seguro de que todos los graduados desean que la máquina del tiempo sea algo real! Al menos lo hago.

Sí.

Por la infancia de mi hijo.

Casi desde el primer día, sabes que se está escapando. Te ahoga con los latidos del corazón de la nostalgia todo el tiempo.

Para muchas otras cosas también, pero esa es la que me atrae con mayor frecuencia y urgencia.

Sí. Me gustan los billetes y monedas, y estoy seguro de que serán poco más que coleccionables en otros 30 años. Estaré feliz de ver desaparecer su ineficiencia, pero igual los extrañaré.