Bueno, esto ya me ha pasado y lo que aprendí es “No te apegues”.
Es inevitable: la pérdida. Pero es como caminar por un terreno montañoso. Llegamos a la cima, luego bajamos, luego comenzamos a subir de nuevo … No importa en qué viaje deba continuar. En el camino, recogemos algunas piedras. Los mantenemos cerca de nuestro corazón considerando que son preciosos. Pero pronto los perdemos. A veces se nos caen de las manos. A veces tenemos que dejarlos ir porque si no lo hacemos, podríamos retroceder … A veces los tenemos que sacrificar para protegernos.
Riqueza, gente, estatus … No es más que piedras. Las relaciones, las personas que mantenemos cerca de nosotros mismos serán eventualmente las mismas. Podemos apreciarlos, pero eventualmente simplemente desaparecen … O se caen de nuestras vidas, o las dejamos atrás. Son piedras para nosotros, nosotros somos piedras para ellos.
El único en este mundo del que podemos estar seguros para siempre, es en realidad nosotros mismos … ¡Ese es el único que nunca vamos a perder!
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