Después de reflexionar sobre la pregunta durante bastante tiempo, mi conciencia me obliga a creer que nunca he tenido grandes logros o momentos de humedecimiento de ojos. Toda mi vida he buscado y encontrado la felicidad en los placeres más pequeños.
Pero la palabra ‘felicidad’ me recuerda a una persona y miles de recuerdos asociados. Ella era mi abuela (materna) y solía llamarla ‘Nanna’.
Las numerosas pequeñas cosas que hizo valían la pena acariciarlas. Incluso puedo recordar algunos casos.
- ¿Podremos probar la vida después de la muerte?
- ¿Einstein tenía razón o estaba equivocado al decir “Dios no juega a los dados con el universo”?
- ¿Hay alguien aquí feliz o en general bien después de haber tratado con pensamientos suicidas?
- En general, ¿cómo sabes si estás a punto de morir?
- ¿Defendió realmente Freud la opinión de que fumar masculino es un deseo subconsciente de realizar una felación?
- Siempre la consideré la mejor chef y cada vez que preparaba mi plato favorito de Rajma, solía guardar un tazón extra de Rajma por separado para mí. Ese tazón extra de Rajma, reservado (solo) para mí, en el refrigerador fue como una victoria pacificadora. 🙂
- Veranos abrasadores. Solía correr al mayor ritmo posible directamente a su regazo. Siempre supe que Nanna me esperaría con un vaso de limonada helada. Sí, ella era un ángel. 🙂
- Me encantaba leer libros de cuentos y a ella le encantaba mi pasión por la lectura. Ella solía organizar nuevos libros de cuentos para mí incluso después de la desaprobación de mi madre. Y la mejor parte era que yo le leía esas historias infantiles. No exageraré si digo que ella disfrutó las historias más que yo. 🙂
Tengo infinitos otros recuerdos para compartir, pero elegiré no hacerlo. Podría hacerme extrañarla aún más, así que me detendría aquí mismo.
PD: Su risa, sus expresiones, sus sonrisas constantes y sus ojos brillantes fueron una magnífica muestra de la FELICIDAD.