Los introvertidos tienen la ventaja de ser extremadamente perspicaz y perspicaz, lo que es extremadamente importante para desarrollar buenas relaciones. Disfrutan escuchando mucho más que hablando, lo que hace que las personas se sientan valoradas y es ideal para formar vínculos fuertes.
Nadie es puramente introvertido o extravertido. Se encuentran en algún lugar de un espectro dependiendo de cuánta estimulación puedan tolerar. A los introvertidos no les gusta que los bombardeen con muchos estímulos, lo que hace que valoren estar solos mucho más para que puedan mantener una sensación de control. Los extravertidos necesitan más estimulación, lo que los hace más propensos a buscar a otras personas y tomar más riesgos.
El mito es que a los introvertidos no les gusta hablar pero eso no es cierto. Solo quieren hablar de cosas diferentes. Son solucionadores de problemas. Quieren entender por qué alguien es como es en vez de quién hizo qué en qué día.
En pocas palabras, los introvertidos son asombrosos al construir relaciones profundas y significativas. Puede que no tengamos muchos amigos, pero estamos muy cerca de los que tenemos.