Supongo que si tuviera eso, si tuviera la capacidad, crearía un programa humano virtual del que podría crear múltiples instancias, así como una forma de cargar los datos almacenados en mi cerebro (además de herramientas de conversión analógicas a digitales) para poder crear múltiples instancias de mí mismo, así como realizar copias de seguridad y restauraciones según sea necesario.
Una vez que pueda cargar mi conciencia en un centro de datos, trabajaría en una API de código abierto para conectarme a dispositivos mecánicos. La API sería lo suficientemente flexible como para que la máquina de conexión no tenga que tener forma humana en absoluto.
Por supuesto, una persona virtual requeriría un enorme período de ajuste, por lo que necesitaría programar un psicólogo virtual para ayudar al nuevo “yo” a procesar y adaptarse a la nueva realidad. Con el tiempo, es probable que solo sea un paso más durante la rutina de importación. Quizás una figura universal de la Madre y el Padre también podría ayudar con el ajuste.
Para aliviar el aburrimiento, las personas virtuales necesitarán una sala virtual llena de cosas interesantes para explorar mientras esperan un nuevo cuerpo. También necesitarían las herramientas para poder modificar y expandir su entorno actual. Tal vez déles herramientas como Minecraft para comenzar, y luego permítales crear sus propias herramientas una vez que alcancen el límite útil del conjunto de herramientas.
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