¿Por qué a la gente no le gusta admitir que todo en todo el universo es un error y no tenemos idea de por qué sucede algo fuera de los marcos del lenguaje?

Parece que estás usando “admitir” de una manera que rompe las reglas habituales de nuestros juegos de idiomas.

“Admitir” algo es reconocer algo que uno ya sabía o creía, pero estaba ocultando. Estás, de forma bastante transparente, tratando de dar un nuevo paso en el juego utilizando “admitir” en el sentido de “de acuerdo con”.

La razón por la que las personas no están de acuerdo con esa tesis varía según su punto de vista filosófico particular, aquí hay algunas posiciones obvias:

Una postura de lenguaje ordinario. Cuando decimos que el universo es causal, o x-causó-y todo lo que queremos decir es que esperamos que x siga a y en el futuro. Esta forma de pensar, hablar y actuar nos ha funcionado bien en el pasado, así que sigamos haciéndolo.

Una postura kanteana. Por favor, lea la crítica completa de la razón pura.

Una postura fenomenológica: Abordemos la cuestión de la causalidad y examinemos cómo experimentamos el mundo, incluida la forma en que conectamos eventos, actuamos y reaccionamos. Una vez que hemos hecho esto, encontramos que la cuestión de la causalidad es una pregunta sobre un mundo “externo” al que no tenemos acceso y, por lo tanto, no es interesante.

Una postura pragmática: bueno, lo que sea que tengamos aviones y la ciencia nos permite tener aviones, así que a quién le importa.

Una versión más contundente de varias de estas posturas: ¿Qué significa eso realmente para nosotros en nuestras vidas, si la respuesta es nada, entonces no tiene sentido hablar de ello? Si la respuesta es algo, entonces tiene que presentar un argumento a favor de su posición lo suficientemente convincente como para borrar los marcos conceptuales que han apoyado nuestra vida diaria. Dado que su argumento es básicamente “bueno, es obvio, ¿por qué no puede admitirlo …? Buena suerte con eso”.

Además, como un aparte:

Si su método de discusión implica preguntar por qué la gente no admite que usted tiene razón, perderá muchas discusiones. Resulta que a la gente no le gusta ser condescendiente, y el éxito argumentativo depende de que tu interlocutor te agrade lo suficiente como para que tomen en serio tus posiciones.

La arrogancia es un engaño tan atractivo.

El lenguaje es un contrato social, y creemos que es sustancia.