Es fácil identificar a las personas que son sabias. Pero cuando se trata de señalar qué es, la definición de sabiduría aún logra evadirnos.
En general, creo que la sabiduría es una combinación de alto IQ y EQ, o la capacidad de tomar decisiones racionales e intuitivas que son las “mejores” en cualquier situación, incluso si el resultado puede demostrar lo contrario. La intuición se basa significativamente más en los sentimientos viscerales y las emociones, como la empatía.
Contrariamente a la creencia popular, no creo que la sabiduría pueda usarse indistintamente con el sentido común. De hecho, una decisión sabia puede desviarse de la convención.
Para muchos, la sabiduría permanece únicamente en el ámbito de las acciones y la buena toma de decisiones.
Para mí, sin embargo, la sabiduría es una actitud hacia la vida. Eso es: la humildad. La capacidad de aceptar errores, el reconocimiento constante de que puede estar equivocado, la apertura a nuevas perspectivas y, por último, la aceptación de la incertidumbre.