Si quiere decir por qué no se adaptan biológicamente al cambiar algunas características físicas, la respuesta es simple: porque hemos desarrollado habilidades cognitivas que nos permiten modificar activamente el entorno y protegernos del peligro de una frialdad excesiva. Para que sucediera la evolución darwiniana, se suponía que vivíamos exactamente de la misma manera, sin usar ropa, refugio y fuego durante miles de años, probablemente entre 200 y 300 miles. Ese fue el tiempo aproximado que tomaron los diferentes grupos de humanos que viven aislados unos de otros para desarrollar un color de piel diferente según el nivel de exposición a la radiación solar, por ejemplo.
Pero en los humanos, ya que tenemos esas habilidades cognitivas que nos permiten usar y cambiar el entorno a nuestro favor, la evolución ya no es darwiniana sino lamarckiana, se mueve en la dirección de resolver las crecientes necesidades de la población y funciona permitiendo Permítanos modificar el entorno sin la necesidad de una larga espera de una mutación genética favorable o que la deriva de los genes genere una reorganización específica que nos brinde nuevas características útiles.