Cuando a mi papá le diagnosticaron un cáncer terminal, fue repentino, dilapidado, avanzado y doloroso por encima y más allá de lo que la mayoría de nosotros pudiéramos comprender.
Una semana después del diagnóstico, mi padre, un hombre de 61 años extremadamente guapo, en forma, joven, atlético y carismático, de repente se quedó casi en la cama.
Tenía cáncer que comenzó en sus riñones y ya se había extendido a los suyos; Los pulmones, el cerebro, la columna vertebral, antes de que se extiendan más tarde a todos los órganos principales de su cuerpo.
Estaba casi inmóvil. Un día estábamos sentados en el conservatorio, papá estaba arriba en la cama. Lo siguiente que sabemos fue que entró por la puerta, caminando sin ayuda, y entró en el hermoso jardín. Nos quedamos sin palabras. Recuerdo muy bien la imagen de papá.
Miró las impresionantes colinas de Devon, los árboles, los pájaros, el cielo, el horizonte. Él sonrió. Y dijo ‘Es hermoso’.
No puedo explicar, fue un momento tan conmovedor, me sentí como si estuviera mirando a través de sus ojos en ese segundo. Un momento de claridad absoluta, las palabras no explican realmente, fue un sentido compartido.
La última vez que vi a papá consciente, aproximadamente 4 semanas antes de su muerte, vivía y trabajaba en el extranjero en ese momento. Pidió ser conducido al mar. De niño, había crecido junto al mar en un impresionante pueblo llamado Noss Mayo en el sur de Devon.
Papá estaba muy, muy enfermo en este punto. Nos sentamos en el coche y él miró hacia el mar. Lo recuerdo viendo a un papá jugando fútbol con sus hijos en los acantilados en la distancia. Una cosa cotidiana para la mayoría de nosotros. Un año antes había sido mi papá jugando con sus nietos. Parecía en paz. Su petición era tan simple y tan él.
Papá perdió su batalla contra el cáncer en extrema agonía el 15 de agosto de 2012 a las 11.20 pm. Yo estaba a su lado.
Lo que es asombroso es la vida y el don de ello, la belleza absoluta que nos rodea, el calor del sol, la naturaleza, el amor, la respiración, jugar al fútbol con tu papá (o mamá) todos lo damos por sentado. Pero la vida es increíble.