Cuando mis padres se mudaron a la casa antes de que yo naciera, había un hermoso arce frente a la casa. Como niña me maravillaría de su tamaño y a menudo sentía que las hojas que soplaban con la brisa en realidad me saludaban con la mano 🙂 Así que, con el tiempo, hablaba con el árbol de arce. Y siempre pensé que soplar las hojas significaba que me oían. Se hizo más alto y más alto con el paso de los años. Cuando tenía 18 años, era enorme. En ese momento se colocó una farola en el poste al lado. ¡En primavera hizo brillar los nuevos folletos verdes! Estaba enamorado de mi árbol 🙂 Pero una década más tarde, la compañía eléctrica vino y la cortó diciendo que estaba tocando sus líneas. Sacaron brutalmente enormes troncos de ramas del árbol. Varias ramas murieron o no volvieron a crecer. Tenía una enfermedad del árbol y llamé a un especialista en árboles para alimentarlo y recortarlo en lugar de a la compañía eléctrica que venía cada 4 o 5 años. Pero al final estaba tan dañado por la mala poda que la mitad del árbol estaba muerto. Tuvimos a nuestro compañero de árbol cortarlo. Antes de que llegara, corté bonitas secciones de algunas extremidades para ponerlas en una olla y exhibirlas. Los observé solos cuando primero quitaron la copa del árbol. Me vio llorar en la puerta y sacudió la cabeza con tristeza. Fue demasiado rápido y el gran espacio vacío era como un agujero en mi corazón. Guardó el baúl para que yo hiciera una buena mesa para mi patio trasero. Así que nunca sientas tonterías enojarte cuando un árbol es talado. Uno de los primeros poemas que aprendí en la escuela fue Trees, de Joyce Kilmer:
Creo que nunca lo veré.
Un poema precioso como un árbol.
Un árbol cuya boca hambrienta está
- ¿Realmente necesitamos una niña en nuestra vida para vivir una vida feliz?
- ¿Qué es la vida para ti?
- ¿Cómo viviste antes de internet?
- Cómo arruinar la vida de otra persona en una semana
- ¿Qué día de tu vida te gustaría vivir una vez más?
Contra el dulce pecho que fluye de la tierra;
Un árbol que mira a Dios todo el día.
Y levanta sus frondosos brazos para rezar;
Un árbol que puede en verano vestir.
Un nido de petirrojos en su pelo;
Sobre cuyo pecho nace la nieve;
Quien íntimamente vive con lluvia.
Los poemas son hechos por tontos como yo.
Pero solo Dios puede hacer un árbol.